HAVANA (IPS) -- La disposición de avanzar en los puntos comunes y continuar dialogando en aquellos donde existen profundas diferencias fue el espíritu compartido por los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, expresado al término de las conversaciones oficiales que por más de dos horas sostuvieron a puertas cerradas en La Habana.
“Existen profundas diferencias entre nuestros países que no van a desaparecer porque tenemos concepciones distintas en muchos temas como los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y estabilidad mundial”, dijo en su declaración a la prensa el mandatario cubano.
Castro reconoció la posición del presidente Obama y su gobierno a favor del levantamiento del bloqueo y los reiterados llamados al congreso para que lo elimine.
“Las últimas medidas adoptadas por su gobierno son positivas, pero no suficientes”, apuntó, sin dejar de mencionar la exigencia de la devolución del territorio que ocupa la base naval de Guantánamo, en el oriente del archipiélago.conferencia-prensa-obama-castro-2016
“Podemos cooperar y coexistir civilizadamente en beneficio mutuo por encima de las diferencias que tenemos —y seguramente tendremos— y contribuir con ello a la paz, la seguridad, la estabilidad, el desarrollo y la equidad en nuestro continente y el mundo, hoy ratifico que debemos poner en práctica el arte de la convivencia civilizada, que implica aceptar y respetar las diferencias y no hacer de ellas el centro de nuestra relación”, dijo.
Al mismo tiempo expresó que “coincidimos en que nos queda por delante un largo camino por recorrer, pero lo importante es que hemos comenzado a dar pasos para construir una relación de nuevo tipo, como la que nunca ha existido” entre las dos naciones.
“Destruir un puente es fácil y requiere poco tiempo, reconstruirlo sólidamente es una tarea de más larga y difícil”, enfatizó el presidente cubano.
Por su parte, el mandatario estadounidense, el primero que visita la nación caribeña en 88 años, dio las buenas tardes en español al auditorio y se refirió a que su presencia, impensable durante décadas, es “un nuevo día entre los dos países”.
Tras reconocer que él y su familia quedaron conmovidos por los saludos y las sonrisas con los que cubanos y cubanas los recibieron, y describir favorablemente lo vivido en Cuba hasta ese momento, Obama reiteró el espíritu de apertura de su homólogo cubano.
“Después de cinco décadas, las relaciones entre los dos gobiernos no van a transformarse de la noche a la mañana, sobre todo porque tenemos diferencias muy serias sobre democracia y los derechos humanos, y el presidente Castro y yo tuvimos conversaciones francas y honestas sobre estos temas”, destacó.
El mandatario estadounidense reconoció los progresos que Cuba ha hecho como nación en campos como la educación, salud y dijo que “quizás lo más importante es que el destino de Cuba no va a ser decidido ni por Estados Unidos ni por ninguna otra nación”.
“Acogemos con beneplácito cualquier diálogo constructivo, pensamos que cuando compartimos nuestras ideas y creencias más profundas con respeto mutuo, podemos trabajar y mejorar la vida de nuestros pueblos, y parte de la normalización de las relaciones incluye hablar de estas diferencias de manera directa”, indicó.
Obama anunció que el próximo diálogo bilateral sobre derechos humanos —incluida la trata de personas como flagrante violación de estos—, será este año en La Habana y que ambos países recibirán visitas de expertos independientes de Naciones Unidas.
“A pesar de hablar de estas diferencias, pensamos que podemos progresar en áreas de entendimiento común”, coincidió, a la vez que se refirió a los avances de las medidas adoptadas que pueden facilitar los viajes a Cuba, incrementar la conectividad a Internet y las posibilidades para empresarios estadounidenses, intercambios educativos y becas en ambas direcciones, clases de inglés para maestros, entre otros.
“Nos centramos en el futuro y tengo plena confianza en que si mantenemos este camino podremos brindar un futuro que sea mejor para cubanos y estadounidenses”, concluyó.
Al responder a una pregunta sobre presos políticos, el mandatario cubano invitó al periodista a entregarle una lista con los nombres y dijo que, de existir, estarían libres en la noche.
“Estamos avanzado, no vemos a Cuba como una amenaza y espero que mi visita indique en realidad que estamos escribiendo un nuevo capítulo en las relaciones y, a la vez, seguiremos defendiendo los principios básicos en los que creemos: la democracia, la libertad de expresión, de congregación, de culto, que son valores universales”, respondió a la prensa el mandatario de Estados Unidos.
En la mañana, previo a las conversaciones, Obama fue recibido por su homólogo Raúl Castro. En el recorrido hacia la ceremonia de recibimiento oficial, los dos mandatarios intercambiaron palabras en un ambiente bastante distendido, con rostros sonrientes.
Con anterioridad y como parte del ceremonial protocolar obligatorio en este tipo de visitas, el presidente estadounidense, en compañía del vicepresidente del Consejo de Estados, Salvador Mesa Valdés, rindió tributo al prócer independentista José Martí (1853-1898), en la base al monumento en su honor, ubicado en la Plaza de la Revolución, otrora Plaza Cívica.
Tras la colocación de la ofrenda floral, Obama accedió a ser fotografiado junto a sus acompañantes por la prensa que tuvo acceso a este momento de la visita, con la imagen de Ernesto Che Guevara al fondo.
Con posterioridad, la comitiva recorrió el Memorial José Martí, abierto en enero de 1996 y que recoge pasajes de la vida y obra del Apóstol de la independencia de Cuba, y donde el mandatario estadounidense dejó plasmadas sus opiniones en el libro de visitantes.
Según una encuesta de NYT y CBS seis de cada 10 ciudadanos de EE.UU. ven el restablecimiento positivo, 40 por ciento piensa que va a llevar a más democracia en Cuba y el tres por ciento, se opone a esta política de normalización de las relaciones.
La visita también tiene opositores. Según medios de noticias, los candidatos a la presidencia estadounidense Donald Trump y Ted Cruz han mostrado una postura muy dura hacia esta visita.