KINGSTON, Jamaica (PL) -- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, instó hoy aquí a fortalecer la unidad entre los países latinoamericanos y caribeños, así como a preservar juntos la soberanía regional. Durante la inauguración en la capital jamaiquina del Centro Cultural Simón Bolívar, el mandatario rememoró que esa misma premisa fue la sostenida por el Libertador de América en la Carta de Jamaica, de cuya redacción se cumplen 200 años esta jornada.
En el siglo XXI los países de la región solo serán respetados si permanecen juntos, precisó el jefe de Estado venezolano, quien exhortó a tomar el ideario bolivariano y reiterar que los pueblos latinoamericanos y caribeños no volverán a estar de rodillas.
Maduro recordó que en el presente existen intentos de resquebrajar la unidad fraguada durante años y de volver a dominar a las naciones con propuestas engañosas.
La Carta de Jamaica fue como la hoja de ruta que condujo a Bolívar de sus duras derrotas a la victoria grande en América; él supo sobreponerse a quienes consideraban que el destino de nuestros pueblos era la sumisión, agregó.
El mandatario indicó que el Libertador demostró la invencibilidad de las causas nobles y justas, por eso sus ideas fueron retomadas por los procesos revolucionarios latinoamericanos del siglo XX y puestas en lo más alto desde el comienzo del XXI por el presidente venezolano Hugo Chávez (fallecido en 2013).
Maduro relató cómo Chávez promovió la integración regional a través de mecanismos de cooperación como Petrocaribe, alianza energética creada en 2005 que también se tradujo en importantes avances en materia social y cultural.
En la Carta de Jamaica (cuyo título original es Contestación de un Americano Meridional a un caballero de esta isla), Bolívar plasmó elementos como las referencias de identidad que marcan la ruptura con la matriz hispánica.
Con el documento, el venezolano pretendía atraer la atención de Gran Bretaña y del resto de las potencias europeas hacia la causa de los patriotas independentistas americanos.
El texto también reflexiona sobre un asunto que el Libertador repetiría siempre: la necesaria unidad entre los países de la región para expulsar a los españoles y fundar un gobierno libre.